No consigo concebir el sueño y ando despierto, vagando en la decrepitud de mis pensamientos que ya no atienden a razonamientos complejos, sino solo a meras divagaciones. No os a sucedido nunca...cuando el hastío y el aburrimiento os consumen de una forma tan profunda que querríais hacer mil cosas y no se os ocurre ninguna. Cuando nada os satisface esa gula feroz de entretenimiento, cuando incluso jactados de sexo y videojuegos. Tenéis la sensación de sentiros incompletos, de necesitar algo más, que no curan los placebos. Supongo que vivimos marcados a hierro y fuego por esas frases hechas que escuchábamos de niños: irse a la cama habiendo aprendido algo nuevo... Vaya... dice el dicho en un país repleto de necios.
Nace de la exasperación este cúmulo de fraseos que con aguzado punzón mata al silencio; nace entre efluvios sanguinolentos, sin cesarias, con toda contracción y todo sufrimiento. Hoy es el día 0.
Llevo toda una vida vendiendo mi tinta a las palabras, sentado en un diván de papel, esperando a una prostituta llamada inspiración, que con desdeñosa soberbia cobra y huye.
Llevo toda una vida vendiendo mi tinta a las palabras, sentado en un diván de papel, esperando a una prostituta llamada inspiración, que con desdeñosa soberbia cobra y huye.
Hoy gritaré basta!!! Y tomaré las riendas. El napalm lo arrasará todo, no dejaré ni una brizna de hierba, aunque los gritos agónicos de mi descarnada conciencia quieran regresar, no hay retorno. Todo quedará tiznado del color de la soledad.
Aquí da comienzo este blog: reflexiones, pensamientos, poesías… No encontrarán aquí ética o moral, ni creencias divinas, ni reglas sociales, ni protocolos, ni condescendencia, ni compasión…no hay cabida a los valores contemporáneos que guían sus vidas. Aquellos pudientes sellen sus parpados, pues la verdad es como el reflejo del agua de un retrete que a la mañana muestra la eyaculación feliz de un adolescente y a la noche el vomito etílico de un padre.
Aquí no nacen unas letras, sino toda una corriente. Que bebe a tragos largos de cinismo y romanticismo, hasta ver borroso el fondo del vaso.
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